Con la inminente llegada de The French Dispatch me parece pertinente rescatar esta película. Pero esto no es una crítica de una película al uso. Hablar de Wes Anderson es hablar de simetría, decorados, perspectivas y movimientos de cámara. Cómo no, también de sus bandas sonoras que no dejan indiferente a nadie.
Una buena prueba de ello es la canción que se muestra a continuación.
Tiene un encanto, no es un simple viaje en tren de tres hermanos para buscar a su madre. Tampoco trata del supuesto viaje espiritual que los protagonistas venden a lo largo de la película. Es la historia de un viaje a Darjeeling. Una película obligada para entrar en el universo de Wes Anderson. Para mí, su película más importante, pese a ser una de las menos conocidas.

Todos hemos viajado alguna vez. De una manera u otra, lo hacemos todos los días. Unos se pierden en su imaginación, otros viajan por trabajo y otros viajan al centro de tu corazón. Es el caso de esta película, una de esas que ves por casualidad, cuando el universo, el ocio y la oportunidad te la ponen delante.
Podría hablar mil maravillas de lo que supone ver, sentir y reflexionar con una película de Wes Anderson. Como bien he indicado al principio, esto no es una crítica. Es la historia de un viaje a Darjeeling, un viaje que todos hemos hecho, hacemos y haremos en nuestras vidas. El viaje que supone reencontrarse consigo mismo cuando eres capaz de ver y volver a ver una película con las mismas ganas que la primera.

Hay quien dice que ver una película de Wes Anderson es como un huevo de Fabergé; hace bonito y no sirve para nada. Comparto la primera parte de la afirmación, cada película es una joya, brilla con luz propia. Ahora bien, si no sirviera para nada, no estaría publicando esto ahora mismo.
Porque si de algún viaje tenemos que estar orgullosos, es del que hacemos todos cada día para seguir al servicio de nuestras pasiones. Hasta el más detractor siente como el que más lo que hace. No llueve a gusto de todo el mundo, eso es cierto. Sin embargo, llueve para todos y por suerte, hemos tenido la oportunidad de vivir en la misma época que Wes Anderson continúa sorprendiéndonos. Ahora con The French Dispatch (La Crónica Francesa), que está al caer en nuestros cines a la vuelta de la esquina.
¿El próximo destino? Wesley ya ha llamado a nuestra puerta, en España. Chinchón es su próximo destino.